- Montevideo, Uruguay
Este momento del año nos invita a mirar hacia lo construido y proyectar lo que viene.
En ese recorrido, el propósito no solo nos orienta, sino que también inspira a las personas a conectarse con lo que realmente importa. Cuando las empresas logran alinear su visión con la de sus colaboradores, crean un entorno donde colaborar se convierte en una experiencia de crecimiento y satisfacción.
Ese es el punto en el que todo fluye: las tareas dejan de ser meras obligaciones y se transforman en logros significativos. Este estado de conexión profunda, como lo define Mihaly Csikszentmihalyi, es un momento de enfoque absoluto y disfrute, donde las personas dan lo mejor de sí mismas y encuentran sentido en cada desafío.
Antes de liderar o ser parte de un equipo con propósito, es clave encontrar ese motor dentro de uno mismo. Reflexiona sobre qué te inspira y qué actividades te permiten sentirte plenamente conectado y realizado. Pregúntate:
La claridad en tu propio propósito te ayudará a encontrar esa dirección que da sentido a tus esfuerzos y te permitirá llevar esa energía positiva a tu equipo y tus proyectos.
Cuando las personas trabajan con un sentido claro de por qué hacen lo que hacen, la magia ocurre: Las metas individuales se alinean con los objetivos organizacionales.
La innovación surge de manera espontánea, porque los equipos están comprometidos y conectados.
Te proponemos un ejercicio: reflexiona sobre el propósito que guía a tu organización. ¿Está inspirando a tu equipo a fluir hacia sus mejores versiones? En Oxygeno colaboramos para ayudarte a construir equipos que conecten con esa visión y generen resultados extraordinarios.